Noche De Tambora Adentro/Del Libro Cantos Comprometidos/Otto Oscar Milanese
Veo la mar,
orillas de los sueños,
que despiertan las distancias.
Tu mar,
mi mar hambrienta,
por la que trafican sueños sin destinos.
La mar está en mis ojos
como oleaje Caribe enfermo de batirse contra siglos.
Entre esta mar y el cielo
el harapo de los sueños me ha vestido la esperanza.
Entre la mar que sueñas y el cielo que me cobija
es aborto el canto de una isla estremecida.
Dame mar y espumas para ahogar el verso,
que para el riesgo nos alcanza la miseria,
y dame mar Caribe para andarlo,
marejada y resaca,
dame mar y noche,
costas y silencio,
ponme el mar sobre el aliento en que navega
cada ilusión de pobre que me engaña.
Porque más allá de la mar,
conservo el acento de conciencia que reclama
una sola ciudadanía.
Y porque sobre estas palabras
pesa mas el olor de la tierra,
el sabor a mar Caribe,
la melaza de la caña,
y suena
y vibra
y retumba
la tambora por la sangre mulata de la noche,
y este acento no es inglés,
es de merengues,
y estas manos aman güiras,
como van estos pies hacia la noche
por la sangre del sudor en movimiento,
entre caderas de mulatas caribeñas,
por el movimiento de la sangre que danza,
estos pies buscan la noche,
noche de la tambora en la sangre,
resaca de penas, sueños y alegrías,
que zozobran en la yola.
Noche de tambora adentro en el alma
que baila nuestra historia,
noche de pies tras la tambora,
para identificarnos en el rítmo,
huracán de saxofones que me llevan sobre la mar de la nostalgia,
y siendo así,
en tierra ajena,
mi pasaporte es la memoria de un sancocho,
mi única ciudadanía sigue siendo isleña y pobre
como un merengue apreta’o sobre piso de tierra.
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