lunes, 3 de marzo de 2008

Cantos Comprometidos/Del Libro Cantos Camprometidos/Otto Oscar Milanese

Cantos Comprometidos/Del Libro Cantos Camprometidos/Otto Oscar Milanese


Vendeme la vida lavada de mañanas,

la que es un latido de pasos sobre las huellas de ayer,

historia de nosotros,

relato del silencio,

vendeme la vida que se abre en cada respiración,

para ser un oleaje de humanidad acentuando lo infinito.

Me has aceptado viviendo entre dos signos interrogativos,

¿y qué me darás mañana,

el remedo de llegar a donde siempre llego?

¿Por qué me das un corazón de multitud?,

si soy un latido solitario en la boca de la diurnidad.

¿Qué soy cuando la calle es mi destino?,

¿una aroma Kalvin Kline?,

¿un color Banana Republic?,

¿la fria carrocería de un Mercedes Benz?

¿Y cuando me tiendes la mano, que soy?,

¿un status social?,

¿una cifra salarial?,

¿un espejo de la auto suficiencia y el éxito?

... Pero mi olor es la desnudez,

la tremula piel que abrió su grito a la luz,

en un parto de mundo.

Y me he ataviado de elementos,

para que el viento me arrastre como sombra de vida,

sobre el eco de todo lo que perece.

Porque estoy tendido hacia la sombra del dolor,

orientado hacia tu humanidad que me hizo carne.

He aprendido tanto a ir,

que se me olvidó venir a donde mi.

Porque siempre voy,

Porque siempre quieres que vaya,

Y voy, nunca vengo.

Voy a comprar mi disfráz a la moda,

voy a elegirme un nuevo gobierno,

voy a las mentiras que me vende la publicidad,

voy porque los otros van,

voy a dormir frente a la TV lo que me resta de conciencia,

y leeré tus noticias,

y las comentaré,

obviando que comento lo que no han censurado.

Y embalaré mi equipaje emocional,

para acudir al encuentro de lo permitido,

me daré mujer, casa e hijos,

y me harás ciudadano de la tranquilidad.

Cuando me miro en el espejo de las horas,

la vida es una invitación al desengaño.

Vaiven de hastios en la boca de las repeticiones,

el día me vive a tientas sobre un mar de alaridos.

Y no lo quiero ver,

porque es mirar la cara del hambre

en la cara de cualquier niño,

y en tanto me embotellas el agua que me vendes,

el agua no lava las miserias de millones de seres.

Y no lo quiero oir,

porque es oir la queja del otro

en la miseria que no me roza,

y en tanto me aseguras lo que has llamado vida,

a diario, millones arrastran sus muertes anónimas.

Hay una voz de oferta vendiendo la vida.

El teléfono vende.

Inversión desastrosa es comprar un artefacto

que me venda una llamada que no espero ni deseo.

Los comerciales pagan el espacio en la TV;

¿qué será de la vida cuando los comerciales paguen

el espacio que habitamos?

Han estudiado lo que necesitas,

lo que deberías poseer,

lo que conviene,

hay un ojo de mundo vigilando.

Y me han lavado,

y me han oreado al sol destilando mis miserias,

desde que por conveniencia

me llevaron de esclavo a consumidor.


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