lunes, 25 de febrero de 2008

Una actitud desfasada I

Una Actitud Desfasada/Otto Oscar Milanese

Una actitud desfasada

Una actitud desfasada
Otto Oscar Milanese

El sentimiento antihaitiano de ciertos dominicanos es injustificable
hoy en dia


En 1849 , Buenaventura Báez, el anexionista más inflexiblemente juzgado por los historiógrafos dominicanos, asume por primera vez la presidencia, y no bien concluye Ia juramentación, ordena que la pequeña flota naval dominicana ataque objetivos haitianos. La acción, más táctica que bélica, inmediatamente arrojó resultados favorables para Ia causa dominicana, ya que además de captar Ia atención de Ias potencias europeas sobre el conflicto, que sostenían entonces Haiti y República Dominicana, consolidó Ia posición de los dominicanos respecto a su autodeterminació n. El suceso sentaba un precedente, por marcar la primera ocasión en que los dominicanos tomaban Ia ofensiva y trasladaban el escenario de Ia guerra al vecino
país.

Una de Ias argumentaciones más sólidas presentada por Báez ante Ia opiníón pública de su época, justificando Ia decisión de tomar Ia ofensiva, se basa en Ias frecuentes agresiones sufridas por el sector oriental de Ia isla de Santo Domingo por parte de Haití, antes y después de Ia creación del estado dominicano. En correspondencia
dirigida al consul francés en Haití, Buenaventura Báez señala: ..."Los dominicanos jamás han sido invasores, ni aún en Ias
épocas en que fueron más crudas y encarnizadas Ias invasiones de los haitianos. Si ha habido guerras entre ambos estados, siempre hemos sido atacados los dominicanos sin hacer otra cosa que defendernoss" ... La veracidad de los señalamientos de Báez es inobjetable; nuestra historia de nación pequeña ha sido una historia de pueblo constantemente agredido por potencias foráneas. El antihaitianismo, tan arraigado entre los dominicanos, surge directamente de Ias violentas incursiones perpetradas por tropas haitianas, que concluían siempre con resultados desoladores Como los incendios de Santiago y de Azua. o en excesos peores. como el brutal degüello efectuado en Moca. El sentimiento anti-haitianista en el pueblo dominicano durante Ias luchas por lograr su independencia, podría considerarse como una reacción lógica, necesaria y providencial por erigirse en elemento unificador e identificatorio en los críticos momentos de Ias gestas separatistas.

Han transcurrido 151 años, y 50 presidentes dominicanos, incluído el actual,(el autor se refiere a la fecha en que fue escrito el artículo), se han sucedido en el cargo desde que Buenaventura Báez tomara aquella decisión. Los tiempos han cambiado, Ias relaciones entre ambos Estados han mejorado mucho, a pesar de algunos períodos de tensiones. Las condiciones actuales son muy distintas a Ias que imperaban durante Ia época independentista, y por consanguine, el
antihaitianismo, que en medio del calor de una guerra separatista adquirió Ia dimensión de representar el espíritu nacional de Ia época, hoy nos luce como una actitud desfasada, y sobre todo injustificable.

Sectores de Ia intelectualidad y de Ia clase gobernante dominicana, sostienen que el viejo sueño imperialista de Haití, sobre Ia indivisibilidad de Ia isla, nunca ha perdido vigencia, trocando los viejos métodos sangrientos de sus incursiones por "invasiones pacíficas". El pueblo dominicano que ha sufrido en carne propia a través de toda su historia diferentes invasiones, y que a Ia vez ha tenido que pagar con sangre, Ia osadía de un éxodo desesperado a través del canal de La Mona, sabrá reconocer Ia diferencia entre una invasión y Ia emigración de gentes que simplemente huyen de Ia
miséria.

Bibliografia consultada: 1. Historia Del Pueblo Dominicano. Franklin
J. Franco. 1992. Ira. edición. Editora Taller, Santo Domingo,
República Dominicana. 2. La Isla Al Revés. Joaquín Balaguer.
1983. Ira. edición. Editora Corripio, C. por A. Santo Domingo,
República Dominicana. 3.Buenaventura Báez, El Caudillo Del
Sur. Mu-Kien j Adriana Sang Ben. 1991. Ira. edición. Editora
Taller, Santo Domingo, República



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