lunes, 25 de febrero de 2008

Un breve comentario sobre El Ciela/Círculo De Estuidos Literarios Azuano

Un breve comentario sobre El Ciela/Círculo De Estudios Literarios Azuano/Otto Oscar Milanese


Algunos recuerdos sobre el Círculo de Estudio Literario Azuano (CIELA)

Anterior al año de su fundación, 1980, en lo que aún para aquella época era conocido entre los azuanos, como "El antiguo Campo de Aviación", un extenso terreno baldío que era usado por los muchachos para jugar béisbol, se me acercó Apolinar Medrano para proponerme la creación de un grupo, que ante todo, se dedicara a la lectura de poemas y cuentos. La idea, como alguien que siempre había estado escribiendo solitariamente, me gustó tanto, que abandoné el juego para conversar con Apolinar. Al domingo siguiente de esa conversación, nos reunimos en una propiedad del padre de Medrano, ubicada en una de las riberas del río Vía, Apolinar, Víctor Mejía y yo. Estas reuniones unicamente se limitaron a la lectura de los cuentos y poemas que los tres habíamos escrito hasta entonces. Nunca se abordó con seriedad la creación de un grupo, sin embargo, para mi, dichas reuniones a orillas del Vía, fueron las precursoras del CIELA.

No mucho después de haber conocido a Apolinar Medrano, y esta vez también en un escenario deportivo, en una cancha de baloncesto, se me acercó Virgilio López. Andaba Virgilio acompañado por Víctor Mejía, y ambos vinieron a proponerme en serio la creación de una Entidad Literaria. Las reuniones, entonces, dejaron de celebrarse a orillas del río Vía, y comenzamos a reunirnos en el local de Radio Azua en la calle Emilio Prud'Homme. Es allí, con Virgilio López y Víctor Mejía, que el CIELA nace, aunque su nombre le sería dado más tarde por el compañero Ángel Mañón en el antiguo local que la Biblioteca Athene ocupaba en el Ayuntamiento de la provincia.

Para la época en que Ángel Mañón le da nombre al grupo, la membresía de este ya había crecido. Se habían integrado las compañeras Emilia Pereyra, Fabiola Céspedes y Ninfa Estrada. También habían llegado ya los compañeros José Soto, Pedrito y Antonio. Se habían propuesto varios nombres para el grupo, y el que aportó Ángel resultó ser de mayor acogida, casi unanimemente se aceptó que el grupo se llamaría así.

Finalmente llegaría una tercera étapa para el CIELA, y es cuando la Biblioteca Athene cambia de local, y comienzan a integrarse otros compañeros valiosos como Julian Paula y Rannel Báez, entre otros.

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