viernes, 29 de agosto de 2008

La verdad/Otto Oscar Milanese

Yo sòlo pido,
Señor,
una pausa en mis avatares de hombre,
sin que se confunda con humildad,
pedir:
un oasis en el desierto de la vida.
Pedir:
sin que se confunda con vencimiento,
un momento a solas con mi propia alma.
Y levantarme, puès, como el Adàn que soy,
mirando la verdad en el vago prresentimiento
de tu PRESENCIA.
¡Oh, mi Dios!,
mira mis dìas como clavos en tus manos,
tù, hijo de Jehova,
el cristo cruxificado de mi infancia,
¿si pediste apartar de ti el càliz?,
¿què podrìa pedir mi miserable humanidad?

domingo, 3 de agosto de 2008

Momentos y personajes azuanos/Otto Oscar Milanese

Àngel Marìa Canario, "Pijilito":
De un concebido intento de tiranicidio, a General del ejèrcito del tirano que pensò ultimar.


Àngel Marìa Canario, alias "Pijilito", en màs de una ocasiòn tuvo que enfrentar la muerte de cerca. Corriendo ya su fama de hombre temerario, por haber participado en acontecimientos de armas en todas las regiones del paìs, el General Luis Pelletier, deseò gatarle una broma. Entrarìa al terreno de las conjeturas procurar discernir si el General Luis Pelletier deseaba comprobar una vez màs el reconocido valor de su compueblano "Pijilito", o simplemente se trataba de una de las tantas chanzas que se permitìa este, y que tan en consonancia iban con su caràcter. Lo cierto es que un dìa el General Pelletier enviò a buscarle, y una vez apersonado ante èl, le entregò un sobre lacrado, con el encargo de entregarselo personalmente a un oficial con asiento en la ciudad de Barahona. "Pijilito", sin indagar, como todo militar que obedece la orden de un superior, se limitò a cumplir la encomienda. Su sorpresa fue grande cuando al entregar el sobre, y aguardar la respuesta que debìa llevarle al General Pelletier, el oficial se le quedò mirando fijamente, preguntàndole que: "¿Sabe usted lo que se ordena en esta correspondencia?" Turbado, "Pijilito" negò conocer de que se trataba, y quedò estupefacto cuando el oficial le comunicò que en ella se ordenaba se le fusilara inmediatamente. Por suerte para "Pijilito", rapidamente se presentò otro emisario desde la ciudad de Azua, con una carta, aclarando que todo se trataba de una broma, y firmada por el General Pelletier.

En Marzo de 1844, la progenitora del Ganeral "Pijilito", azuana, en estado de gestaciòn, y temerosa de la invasiòn haitiana a nuestro territorio, que entonces estaba en su fase inicial, buscò un lugar màs seguro para traer al mundo a su vàstago, parièndole en Arroy Canasta, un paraje de San Cristobal. Estaba destinado "Pijilito" a retornar a Azua, aùn antes de alcanzar nociòn de las cosas, puès su madre, tan pronto advirtiò cierto grado de normalidad en la situaciòn socio polìtica imperante en el paìs en aquellos tiempos, retornò a su provincia. Y "Pijilito", màs que, y antes que nada, siempre tuvo por orgullo su azuanìa, como todo hombre criado en este caluroso valle en donde el lìmpido azul del cielo por el dìa, y la vasta cantidad de estrellas observables por la noche, fungen ineludiblemente como un sello de dicha condiciòn.
Somos de opiniòn, tras haber escudriñado minuciosamente lo poco que ha escrito sobre la vida de este valeroso y valioso azuano, y esto deberìa tenerlo presente las nuevas generaciones de compueblanos, que su nombre y memoria merecen reivìndicarse, ya que erroneamente siempre se le asociò a las atrocidades perpetradas por Musiè, "Solito", Mandè y Yinito, que si bien, estos, estos, al igual que "Pijilito", pertenecìan al baecista Batallòn "Ligero", no por tanto,, se comportaron de una manera similar, como injustamente, en detrimento de "Pijilito", siempre se ha sustentado.
Lo expuesto en el pàrrafo anterior es avalado por el indiscutible hecho de que "Pijilito" se inicia en el ejercicio de las armas, imbuido de un patriotismo que nunca exhibieron los personajes mencionados, y con los cuales se le involucra antojadizamente. Y es que este azuano tuvo su bautismo de fuego en la Guerra de La Restauraciòn, en la acciòn denominada como "La Canela", en donde con todo derecho, y de acuerdo al valor mostrado en el campo de batalla, alcanzò renombre de hombre corajudo. Baecista y miembro del Batallòn "Ligero", sì, y precisamente, hablando de un hombre que ante todo se sentìa ser azuano, y siendo hombre de armas, resulta inevitable que tomara partido por la roja enseña del baecismo; lo que no significa que apoyara ni cometiera los desafueros que otros tantos cometieron, y que en nombre de esto, se le ligara a aquellos.
Desde su bautismo de fuego en "La Canela", "Pijilito" lucharìa en todas las regiones del paìs, extendièndose por todo el territorio nacional su fama de hombre valiente, que se habìa codeado en combates con los guerrilleros màs notables de su època. Durante un combate en La Vega, viendo como sus compañeros, tras la muerte del jefe de la columna, abandonaban la lucha, sacò el sable, y al grito de "¡Viva Bàez!", se lanzò contra sus compañeros, en un desesperado intento de reorganizar las filas. Luego de ser derrotado en este combate, Ulises Heureaux, "Lilìs", adversario polìtico de Bàez, convocò a "Pijilito". En esta ocasiòn, el azuano presumìa con cuales intenciones se requerìa su presencia; sabìa que su probado baecismo le traerìa complicaciones, y pensando dispararle a "Lilìs", cuando este ordenara que lo apresaran, asistiò al llamado del gobernante. Pero el tirano, hombre de mucho tacto para atraerse a los hombres que consideraba podìan servirle, delante de la tropa formada, lo ascendiò al grado de General. Àngel Marìa Canario, "Pijilito",muriò en 1943. Sus restos descansan en el Cementerio Municipal de Azua.